El conflicto Mapuche o “Crónica de una muerte anunciada”. Asà podrÃa llamarse lo que está ocurriendo en la zona de la AraucanÃa Chilena. Esto es el resultado de años de un régimen que frente a los actos de quebrantamiento de la ley ha manifestado una incompetencia, una impotencia y a veces hasta una indulgencia que terminan con éstos episodios de muerte y violencia.
En las palabras expresadas en una entrevista por el General Cristián Llévenes, quien esta a cargo de la 9ª Zona de Carabineros de la AraucanÃa, centro de gravedad de los último acontecimientos, se puede evidenciar que en esa Institución Policial existe una gran frustración ante la absoluta falta de apoyo por parte de todos los Gobiernos de la Concertación.
Ni que decir de los activistas extranjeros, muchos de los cuales han sido apresados en actos de violencia y sobre los cuales se sospecha vÃnculos con movimientos como la ETA y las FARC; eso sÃ, en estos casos el Gobierno de Bachelet, como los anteriores, salen rápidamente de desmentir estas afirmaciones o al menos tratar de quitarles legitimidad a las lógicas dudas que tiene la opinión pública respecto a la procedencia de éstos activistas.
Es con este tipo de eufemismos que los gobiernos de la Concertación han tratado de manejar el conflicto Mapuche, generando con las personas involucradas, un estatus diferente al resto de los Chilenos, en donde delitos terroristas son tratados como simples actos delincuenciales colocando a las policÃas en la incomoda posición de estar en medio de todo una situación fuera de los contextos legales y sociales, en la que tanto la seguridad personal como las carreras funcionarias de sus efectivos están siempre en la cuerda floja.