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jueves, 10 de septiembre de 2009

LA REPÚBLICA DE RUBIK I

La república de Rubik podría ser el nombre de nuestro país, Chile; para quien no entienda la comparación le invito a revisar la figura del famoso cubo de los años 80 y el escudo del Gobierno Chileno impuesto por el gobierno izquierdista de la Concertación; notarán el inmenso parecido entre ambos.

Según la hipótesis que sostengo, asumo como este pequeño gran gesto la génesis de los muchos problemas que hoy enfrentamos como nación. El hecho de reemplazar los símbolos permanentes de nuestro país por unos cubitos corporativos, ha tenido como consecuencia que muchos de los funcionarios públicos hayan entendido que ellos llegaron a adueñarse de una empresa llamada Chile, y no a administrar a un País llamado Chile, debiéndose a los casi 16 millones de habitantes.

La última directora de esta orquesta llamada República Rubik, es la santificada presidenta Michelle Bachelet; el 73 % de los Chilenos faltos de cariño maternal, han asumido a esta señora como la gran mamá de Chile y por lo mismo la han idealizado y perdonado cuanta chambonada se ha pegado ella en éstos 4 años de administración.

Como un intento de contextualizar adecuadamente la figura de Bachelet y de la Concertación Izquierdista, expongo algunos argumentos, que entiendo, podrán orientar a los muchos ciudadanos de Chile y el mundo que víctimas de luna anestesia global.



VIOLENCIA MAPUCHE

Los sucesivos gobiernos izquierdistas concertacionistas han desarrollado una política extraviada, corrupta e ineficiente en relación al conflicto Mapuche; el resultado es que la región de la Araucanía presenta un fortalecido movimiento subversivo, hecho que ha obligado a las autoridades a mantener un numeroso contingente policial, descuidando la seguridad de ciudades y pueblos del resto del país.

Sumado a lo anterior, se puede mencionar que las políticas de entregas de tierras a las comunidades Mapuches, que se supone iba a respetar a aquellas agrupaciones que optaron por la vía pacífica y legal, ha dado paso a una entrega indiscriminada a los grupos más violentos, que son los que han contado con la ayuda de activistas ETARRAS, con entrenamiento de las FARC y en general con el cándido apoyo de cuanta ONG pro-indigenista existe en Europa.

Existen sectores donde la situación es tan crítica, que los camioneros amenazaron con un paro general, ante la completa inseguridad que se vive en la carreteras de esa región; el gobierno ofreció protección policial, para lo cual se deberían organizar caravanas con 30, 40 o más camiones, los que se supone iban a ser escoltados por la policía uniformada (Carabineros), todo esto muy al estilo de las caravanas de vaqueros o Cowboys, en los lejanos días de Oeste norteamericano, del tipo de las películas de John Wayne, Clint Eastwood o Lee Van Cliff, sólo que en este caso se trata del sur de Chile. Como es costumbre en la Concertación, la Intendenta de la Región (funcionaria designada por Bachelet), desautorizó la medida, la misma que fue propuesta por el Ministro del Interior, máxima autoridad nacional después de la Presidenta en materia de orden público.


DELINCUENCIA

Este aspecto es el que presenta el mayor retroceso de todos los errores que ha tenido la Concertación Izquierdista. En el último gobierno de Bachelet han sido asesinados y heridos gravemente más Carabineros que en los peores años de Pinochet. Los asesinatos de menores de edad han crecido enormemente, con grados de crueldad nunca antes visto en Chile. En el último y quizás más brutal en lo que va corrido del año, un desalmado lanzó al mar, dentro de una bolsa plástica, a una menor de 5 años de edad, no sin antes violentarla sexualmente, en un crimen que hace recordar a los príncipes de la muerte que tenía el tercer Reich de Hitler.

Por otra parte, es patético observar como la reforma procesal penal de la Concertación, ha instaurado lo que pudiera llamarse la puerta giratoria de la delincuencia; Está en la retina de todo el país como un conocido dueño de tiendas de joyas, se quejaba amargamente antes las cámaras de televisión ante los reiterados robos, mientras detrás de él, los autores del último robo liberados a poco ingresar al tribunal, se mofaban alegremente de esta persona haciendo morisquetas y gestos obscenos. Claro, las autoridades y políticos de la Concertación no sufren ese problema, puesto que cuentan con la protección especial de centenares de policías pagados por todos los Chilenos, mientras el resto nos tenemos que rascar con nuestras propias uñas para poder protegernos adecuadamente.

No es de extrañar que el tema de la seguridad privada en Chile sea una verdadera megaindustria; como dato interesante vale mencionar que Carabineros de Chile (Policía Uniformada) tiene una fuerza aproximada de 40.000 efectivos, la Policía de Investigaciones (Civil), tiene unos 10.000 y Gendarmería de Chile (servicio de Prisiones) cuenta con unos 6 a 8.000 funcionarios; esta cifras contrastan con las más de 80.000 personas dedicadas a la seguridad privada en nuestro país, considerando a los guardias de seguridad y vigilantes privados. Esta cantidad corresponde sólo a los catastrados por Carabineros (institución que tiene la tutela legal de esta actividad); se estima que son varios miles más los que desempeñan labores relacionadas con la seguridad de personas e instalaciones de manera irregular, por lo que el total podría subir muy por sobre los 100.000; no hay que analizar mucho los números como para entender que prácticamente duplican a la totalidad de las instituciones legalmente establecidas para esos fines, algo que indudablemente nos debe llevar a pensar que algo malo hay en Chile en materia de seguridad y orden publico.

No me voy a extender más por el momento, pero voy a seguir posteando más antecedentes, en un esfuerzo por develar la real careta de la Concertación y explicar como todos los Chilenos hemos sido víctimas de su exacerbado ideologismo, algo que nos ha privado de la posibilidad de ser una nación reconciliada, moderna y justa.

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