Al observar las distintas declaraciones de los ex presidentes de la república, en el publicitado conclave de la Concertación, pude comprobar los distintos enfoques que ellos tienen, respecto de lo que debe ser su conglomerado en el presente, especialmente después de la catástrofe.
Pese a pertenecer todos a una misma coalición, siempre sentí que hasta Lagos la presidencia de la república había seguido una tendencia, una idea de gobierno, un esquema de funcionamiento y que con Bachelet había un aspecto distinto, algo extraño y poco descifrable.
Todo cambió al escuchar algunas opiniones respecto a lo sucedido con la FITAM (Fundación Teatro a Mil) y su famosa muñeca gigante. De alguno de sus responsables, escuché que en algún momento, Bachelet, preocupada por su participación en dicha performance, consultó si era necesario ensayar su parte; en ese instante se me clarificaron muchas de sus actuaciones y conductas, y pude entender su filosofía como Presidenta.
A partir de entonces pude hacer la separación; Aylwin, Frei y Lagos, con las diferencias propias de cada uno, ejercieron el cargo de Presidente de la República, en cambio Michelle Bachelet cumplió el rol de Presidenta. La diferencia que encuentro en ambos términos, al define en forma clara la real Academia Española de la Lengua:
Rol: Papel, personaje de la obra dramática representado por el actor. Representar o hacer primeros o segundos papeles.
Cargo: Dignidad, empleo, oficio. Obligación de hacer o cumplir algo. Gobierno, dirección, custodia. (alto) Empleo de elevada responsabilidad.
Desde el inicio de su gobierno, siempre estuvo presente el Rol, el escenario y el dramatismo; como olvidar su cuasi cadena nacional, acompañada por un cercano Alejandro Guiller, a la sazón Presidente del Colegio de Periodistas y asesor comunicacional del Gobierno, oportunidad en que efectuó un público llamado de atención a toda la Policía Uniformada (Carabineros de Chile), a raíz de una reyerta menor entre un reducido grupo de Carabineros de Fuerzas Especiales y algunos reporteros gráficos.
Las consecuencias de esa puesta en escena, se dejaron sentir por meses y quizás años, teniendo su punto más alto el 11 de Septiembre del año 2007, jornada que terminó con un Carabinero muerto, otros 40 heridos graves y varios más leves o golpeados. Con todo, quedó en muchos una potente imagen y sus partidarios la aclamaron y vitorearon.
Fin Primer acto
Al momento de conocer su triunfo, en un estudiado discurso y ambientación, la entonces recién electa Michelle Bachelet afirmaba algo así como que “cuando la izquierda sale a la calle, la derecha tiembla”. Ahí vemos otra de las escenas perfectamente pensadas para agradar a su público más duro de izquierda, aquel que necesitaba sentir en sus oídos, las palabras de su santón fallecido, Salvador Allende. La perfecta actriz para este papel, Michelle Bachelet.
Fin Segundo Acto
El capítulo del transantiago, ha sido sin duda alguna uno de los mayores chascos de los 4 gobiernos de la Concertación; en esta comedia de errores, Bachelet también debió cumplir su parte, que era poner en marcha un proyecto que a todas luces no iba a funcionar. Aquí pudimos observar la magistral aparición de la entonces presidenta, expresando que pese a que sus asesores la impulsaron a echar a andar el sistema, ella intuía que no iba a funcionar como estaba planificado. Que soberbia intervención, que impresionante interpretación de la presidenta sensible, que dejaba traslucir que sólo su percepción más intima estaba en la razón, por sobre los muchos consejeros.
Fin tercer acto
Quizás una de las defensas más férreas y sanguíneas, fue la que hizo a favor de la ex ministra de educación Yasna Provoste. Aquí la cuestión del género, fue el guión mejor elaborado para una de sus ideas-fuerzas más importantes, que era la paridad de géneros. No se escatimaron conceptos ni ideas pegajosas para dicha tarea; se aludió a la condición de mujer de la Sra. Provoste, al asesinato de imagen, a su origen étnico, etc, etc. Que buen libreto, que espléndida escena trató de desplegar Bachelet, sólo que en éste caso no bastó el histrionismo de Provoste ni los discursos de la Presidenta, después de todo el problema era gigantesco y ni el mejor guionista de Hollywood podría haber cambiado las cosas.
Fin cuarto acto
La gran obra finalizó dramáticamente con un terremoto como escenario de fondo, mostrando a una gobernante, que pese a lo inmenso de la destrucción, nunca pensó en dejar de cumplir el papel que estaba llamada a desempeñar, es decir, ser la luz, la estrella principal de la obra; ni el caos, el desorden o los muertos y desaparecidos, fueron suficiente razón como para que ella se permitiera terminar su mandato con los militares en las calles.
Los porfiados hechos la hicieron reaccionar, y aunque tarde, debió entregar el control de amplios sectores del país a generales y almirantes.
Fin Quinto acto
Epílogo
Si bien no se debe dudar a priori de las buenas intenciones de las personas, al menos se puede cuestionar el modo como que se quieren materializar esos propósitos; Bachelet sin duda alguna, siempre tuvo en mente, o por lo menos en sus asesores más directos así fue, el hecho que ella estaba llamada a ser un hito en nuestra historia; eso mismo condicionó su forma de gobernar y el modo en que entendía que las cosas se debían hacer.
Su “rol” de presidenta, más allá de lo bien o mal que lo haya desempeñado, quedará en la historia Chilena; sus obras quizás se olviden, sus garrafales errores quedarán en el pasado, pero la imagen quedará y prevalecerá; ella, hasta el último minuto de su mandato, fue la actriz principal, cumplió su rol de Presidenta conforme al guión que le escribieron.
Ahora que la obra ha terminado, esperemos que el nuevo Presidente ejerza su cargo en forma eficiente; no tenemos el tiempo y no nos acompañan las circunstancias como para asistir a otros 4 años de una obra de teatro.
Ya no quiero ir al teatro por un buen tiempo……
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