Una vez más la Concertación de izquierda y el gobierno progresista izquierdista de Michelle Bachelet guardan un cómplice silencio ante la muerte del disidente Cubano Orlando Zapata Tamayo, un prisionero político que no tuvo la figuración ni el apoyo que tienen aquellos que provienen de la izquierda o el marxismo.
La izquierda Chilena de Bachelet no menciona ni una sola palabra de crítica ante este hecho y la propia presidenta, al parecer, ha dado las instrucciones para que la Cancillería mantenga la boca cerrada y no se emita ningún comunicado al respecto.
Que distinta su actuación (Concertación y Bachelet) durante el gobierno militar en Chile, ya que en esos tiempos peregrinaron por todo el mundo buscando la condena mundial y el apoyo para la liberación de los presos que ellos consideraban con el carácter de políticos.
Hoy, con el mundo viviendo el siglo XXI, existe una nación caribeña llamada Cuba que sigue manteniendo los usos y políticas propias de la segunda mitad del siglo pasado, encarcelando y torturando a quienes piensen distinto; lo más grave, es que los que se dicen socialistas renovados, especialmente quienes ejercen las primeras magistraturas de distintos países como Chile, hacen la vista gorda ante lo que sucede en Cuba, y peor aún siguen peregrinando hacia la isla a rendir pleitesía a Fidel Castro, tal como lo hizo Bachelet hace un tiempo atrás.
Queda claro que los Derechos Humanos sólo tienen validez cuando los afectados o los muertos son de izquierda. En el caso contrario, es decir, opositores a dictaduras de izquierda son considerados personas de segundo nivel y que decir de los uniformados que mueren asesinados por los “jóvenes idealistas” de la extrema izquierda, para ellos el total olvido.
La hipocresía, el cinismo y el sentimiento de venganza de la izquierda internacional, no tienen límite ni reconocen naciones.
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