En mi constante búsqueda de opiniones y comentarios, siempre es posible encontrar que los ciudadanos comunes y corrientes, en muchas oportunidades, tienen visiones más agudas y certeras que muchos polÃticos, o quizás a través de un medio escrito no tienen ningún temor a expresarla.
Quero compartir con Uds. la siguiente carta enviada a un matutino de cinrculación nacional, que bajo la mirada de su autor, me atrevo a decir que tenemos la misma visión, esa que nos lleva a concluir que en las actuales condiciones y con las autoridades que hoy nos rigen, no tenemos ninguna posibilidad de anticiparnos a ningún problema, y por el contrario, estamos condenados a sufrir los colapsos permanentes por las indecisiones del gobierno y el aparato polÃtico.
Jueves 05 de Junio de 2008
SÃndrome de colapso
Señor Director:
Nuestro paÃs, “all ways surprising”, ha inventado un sistema para abordar los desafÃos a los cuales se enfrenta que, en sÃntesis, consiste en no darles solución por anticipado, sino que atacarlos una vez que se han producido. Esto, que podrÃa parecer absurdo en paÃses desarrollados, nos permite medir al detalle los recursos necesarios a emplear ante una catástrofe sin quedar cortos, lo que tendrÃa un efecto negativo ante la opinión pública, ni con el tejo pasado, lo que evita despilfarros en el caso de un paÃs que debe optimizar sus recursos.
Un ejemplo paradigmático de aplicación de la teorÃa del colapso es el aeropuerto internacional de Santiago. Las aerolÃneas, especialmente LAN, han advertido a las autoridades que es hora de tomar medidas, ya que el flujo de tráfico aéreo a la fecha estarÃa alcanzando el proyectado para 2013. Pero esto no ha escapado a las autoridades, y un sÃntoma claro es el cierre de Cerrillos, pues más de alguien podrÃa haber caÃdo en la tentación de derivar a ese aeropuerto el tráfico nacional, lo que habrÃa producido una grave distorsión a la teorÃa del colapso. Evitado este riesgo, ahora hay que esperar a pie firme que Arturo Merino BenÃtez colapse para dimensionar con precisión la magnitud de la inversión que habrÃa que hacer para solucionar el problema, sin dejarse arrastrar por el pánico.
Otro ejemplo de la consistencia de esta polÃtica es la salida sur del túnel bajo el cerro San Cristóbal a través de Pedro de Valdivia Norte, que empezará a funcionar en un par de meses más. Fieles a la praxis, no estará hecho el ensanche de Av. El Cerro, ni el puente sobre el Mapocho, ni los enlaces con Costanera Norte y el puente Lo Saldes, obras que se contratarán una vez que se hayan realizado las encuestas de destino entre los automovilistas atrapados en los tacos.
PodrÃamos citar también la catástrofe de Chaitén, que servirá para impulsar la unión por tierra entre Puerto Montt y Punta Arenas. ¿Con qué certeza podrÃamos haber trazado el camino antes de dicha erupción?.
¿Y el Transantiago? El 10 de febrero de 2007, nosotros mismos generamos el colapso, para asà empezar de cero a diseñar el sistema mediante el método de prueba y error, y de esta manera estamos invirtiendo los recursos estrictamente necesarios para llegar a ofrecer un servicio de excelencia.
¿Y la matriz energética? Ante el albur de elegir entre los recursos hÃdricos, las plantas nucleares, el gas argentino o la energÃa solar, eólica o geotérmica, y elegir mal, ¿no es mejor que el colapso nos muestre el camino? ¿Y qué hay con el crecimiento y la inflación, la educación, la criminalidad y la droga, la marginalidad y el centralismo? En fin… A cada dÃa su propio afán.
CHRISTIAN DE GROOTE
Arquitecto
Quero compartir con Uds. la siguiente carta enviada a un matutino de cinrculación nacional, que bajo la mirada de su autor, me atrevo a decir que tenemos la misma visión, esa que nos lleva a concluir que en las actuales condiciones y con las autoridades que hoy nos rigen, no tenemos ninguna posibilidad de anticiparnos a ningún problema, y por el contrario, estamos condenados a sufrir los colapsos permanentes por las indecisiones del gobierno y el aparato polÃtico.
Jueves 05 de Junio de 2008
SÃndrome de colapso
Señor Director:
Nuestro paÃs, “all ways surprising”, ha inventado un sistema para abordar los desafÃos a los cuales se enfrenta que, en sÃntesis, consiste en no darles solución por anticipado, sino que atacarlos una vez que se han producido. Esto, que podrÃa parecer absurdo en paÃses desarrollados, nos permite medir al detalle los recursos necesarios a emplear ante una catástrofe sin quedar cortos, lo que tendrÃa un efecto negativo ante la opinión pública, ni con el tejo pasado, lo que evita despilfarros en el caso de un paÃs que debe optimizar sus recursos.
Un ejemplo paradigmático de aplicación de la teorÃa del colapso es el aeropuerto internacional de Santiago. Las aerolÃneas, especialmente LAN, han advertido a las autoridades que es hora de tomar medidas, ya que el flujo de tráfico aéreo a la fecha estarÃa alcanzando el proyectado para 2013. Pero esto no ha escapado a las autoridades, y un sÃntoma claro es el cierre de Cerrillos, pues más de alguien podrÃa haber caÃdo en la tentación de derivar a ese aeropuerto el tráfico nacional, lo que habrÃa producido una grave distorsión a la teorÃa del colapso. Evitado este riesgo, ahora hay que esperar a pie firme que Arturo Merino BenÃtez colapse para dimensionar con precisión la magnitud de la inversión que habrÃa que hacer para solucionar el problema, sin dejarse arrastrar por el pánico.
Otro ejemplo de la consistencia de esta polÃtica es la salida sur del túnel bajo el cerro San Cristóbal a través de Pedro de Valdivia Norte, que empezará a funcionar en un par de meses más. Fieles a la praxis, no estará hecho el ensanche de Av. El Cerro, ni el puente sobre el Mapocho, ni los enlaces con Costanera Norte y el puente Lo Saldes, obras que se contratarán una vez que se hayan realizado las encuestas de destino entre los automovilistas atrapados en los tacos.
PodrÃamos citar también la catástrofe de Chaitén, que servirá para impulsar la unión por tierra entre Puerto Montt y Punta Arenas. ¿Con qué certeza podrÃamos haber trazado el camino antes de dicha erupción?.
¿Y el Transantiago? El 10 de febrero de 2007, nosotros mismos generamos el colapso, para asà empezar de cero a diseñar el sistema mediante el método de prueba y error, y de esta manera estamos invirtiendo los recursos estrictamente necesarios para llegar a ofrecer un servicio de excelencia.
¿Y la matriz energética? Ante el albur de elegir entre los recursos hÃdricos, las plantas nucleares, el gas argentino o la energÃa solar, eólica o geotérmica, y elegir mal, ¿no es mejor que el colapso nos muestre el camino? ¿Y qué hay con el crecimiento y la inflación, la educación, la criminalidad y la droga, la marginalidad y el centralismo? En fin… A cada dÃa su propio afán.
CHRISTIAN DE GROOTE
Arquitecto
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