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jueves, 5 de junio de 2008

UN NUEVO APORTE EN UN DIARIO

En mi constante búsqueda de opiniones y comentarios, siempre es posible encontrar que los ciudadanos comunes y corrientes, en muchas oportunidades, tienen visiones más agudas y certeras que muchos políticos, o quizás a través de un medio escrito no tienen ningún temor a expresarla.

Quero compartir con Uds. la siguiente carta enviada a un matutino de cinrculación nacional, que bajo la mirada de su autor, me atrevo a decir que tenemos la misma visión, esa que nos lleva a concluir que en las actuales condiciones y con las autoridades que hoy nos rigen, no tenemos ninguna posibilidad de anticiparnos a ningún problema, y por el contrario, estamos condenados a sufrir los colapsos permanentes por las indecisiones del gobierno y el aparato político.


Jueves 05 de Junio de 2008

Síndrome de colapso
Señor Director:

Nuestro país, “all ways surprising”, ha inventado un sistema para abordar los desafíos a los cuales se enfrenta que, en síntesis, consiste en no darles solución por anticipado, sino que atacarlos una vez que se han producido. Esto, que podría parecer absurdo en países desarrollados, nos permite medir al detalle los recursos necesarios a emplear ante una catástrofe sin quedar cortos, lo que tendría un efecto negativo ante la opinión pública, ni con el tejo pasado, lo que evita despilfarros en el caso de un país que debe optimizar sus recursos.

Un ejemplo paradigmático de aplicación de la teoría del colapso es el aeropuerto internacional de Santiago. Las aerolíneas, especialmente LAN, han advertido a las autoridades que es hora de tomar medidas, ya que el flujo de tráfico aéreo a la fecha estaría alcanzando el proyectado para 2013. Pero esto no ha escapado a las autoridades, y un síntoma claro es el cierre de Cerrillos, pues más de alguien podría haber caído en la tentación de derivar a ese aeropuerto el tráfico nacional, lo que habría producido una grave distorsión a la teoría del colapso. Evitado este riesgo, ahora hay que esperar a pie firme que Arturo Merino Benítez colapse para dimensionar con precisión la magnitud de la inversión que habría que hacer para solucionar el problema, sin dejarse arrastrar por el pánico.

Otro ejemplo de la consistencia de esta política es la salida sur del túnel bajo el cerro San Cristóbal a través de Pedro de Valdivia Norte, que empezará a funcionar en un par de meses más. Fieles a la praxis, no estará hecho el ensanche de Av. El Cerro, ni el puente sobre el Mapocho, ni los enlaces con Costanera Norte y el puente Lo Saldes, obras que se contratarán una vez que se hayan realizado las encuestas de destino entre los automovilistas atrapados en los tacos.

Podríamos citar también la catástrofe de Chaitén, que servirá para impulsar la unión por tierra entre Puerto Montt y Punta Arenas. ¿Con qué certeza podríamos haber trazado el camino antes de dicha erupción?.

¿Y el Transantiago? El 10 de febrero de 2007, nosotros mismos generamos el colapso, para así empezar de cero a diseñar el sistema mediante el método de prueba y error, y de esta manera estamos invirtiendo los recursos estrictamente necesarios para llegar a ofrecer un servicio de excelencia.

¿Y la matriz energética? Ante el albur de elegir entre los recursos hídricos, las plantas nucleares, el gas argentino o la energía solar, eólica o geotérmica, y elegir mal, ¿no es mejor que el colapso nos muestre el camino? ¿Y qué hay con el crecimiento y la inflación, la educación, la criminalidad y la droga, la marginalidad y el centralismo? En fin… A cada día su propio afán.

CHRISTIAN DE GROOTE
Arquitecto

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